Los aromas nos permiten equilibrar las emociones. A través de los inciensos podemos transformar la atmósfera y crear un espacio de trabajo o relajación.

La humanidad, a lo largo de los siglos, ha utilizado inciensos en diversas ceremonias o rituales; en la mayoría de las ocasiones, como una forma de limpiar, sanar y eliminar energías negativas.

“Hoy utilizamos los inciensos en un sentido similar. Sabemos que gracias a sus aromas podemos transformar un ambiente y convertirlo en un sitio placentero y agradable para los sentidos ya sea si queremos relajarnos, inspirarnos, concentrarnos o trabajar. El mayor poder de los inciensos, entonces, es la capacidad que tienen para mejorar nuestro estado de ánimo”, comenta Sebastián.

Los aromas nos hacen sentir, de forma consciente o inconsciente, todo tipo de emociones. Los inciensos son una forma de activar el sentido del olfato y conectarnos con aquello que nos está pasando.

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